
Restaurante Charolais: de tapas por Fuengirola
Por fin nos han liberado de los municipios, y aprovechando que llevaba 2 meses sin ver a mis amigas, quedamos para tapear en Fuengirola. Una de mis amigas conocía ya el sitio y nos llevó allí: a la bodega – restaurante Charolais. Íbamos con la seguridad de que nos iba a gustar.
Mi amiga llamó para reservar, pero le dijeron que no aceptaban reservas en la zona de tapas, así que decidimos llegar prontito porque con esto de los confinamientos, nos dan un poco de libertad y estamos deseando tirarnos a la calle y los sitios se llenan. Llegamos a las 13:45 y ya había algunas mesas, pero pudimos sentarnos sin problemas.
El restaurante es bastante acogedor. Tiene 2 comedores: la zona de tapas y el restaurante. Nada más sentarnos, vino la camarera a tomarnos nota de la bebida, cervecitas para empezar, que nos las trajo acompañadas de una tapa muy rica. La carta, está genial de tamaño, porque hay donde elegir pero no es tan extensa como para que se te vaya la cabeza con tantos platos.

Para empezar nos pedimos unas cuantas tapas, que son para una persona porque son chiquititas, pero están muy bien de precio. Las tapas eran: milhoja de foie con queso de cabra y manzana, chupa-chups de codorniz con salsa de soja, delicias de calabacín con jamón y queso fundido, crujiente de secreto ibérico con cebolla caramelizada y hojaldrín de queso.


Las que me pedí yo eran la milhoja de foie, que estaba exquisita, y el chupa-chups de codorniz muy bueno. Las demás no las probé porque las pidieron mis amigas pero según ellas, buenísimas también. Y para compartir, elegimos 2 raciones: ensaladilla rusa con gambas y ventresca y crujiente de langostinos con salsa agridulce y un toque de picante. Los 2 platos estaban para repetir.

La comida la acompañamos con una botella de vino blanco que nos aconsejó la camarera, era un verdejo.
A pesar de ponernos hasta arriba, decidimos pedir 2 postres para compartir: una torrija y un coulant de chocolate. Solo tengo que decir que estaban deliciosos los 2, pero el coulant me gustó más. El chocolate siempre es un acierto.

La relación calidad-precio es estupenda, pero esta vez se nos fue la cuenta un poco de las manos por la botella de vino, que fueron 21€.
Si queréis comer bien en Fuengirola, os aconsejo la bodega-restaurante Charolais. Es de mis sitios favoritos allí, además esta incluido en la guía Michelin.
Después de comer, nos fuimos a tomar una copa al bar Tahití, que está a 5 minutos andando, en el paseo marítimo de Fuengirola. Es un sitio muy agradable para tomar algo frente al mar.
Te dejo aquí la pagina web del restaurante Charolais con dirección, datos de contacto, etc.
Y la dirección del bar Tahití.

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